Balance de la Jornada de mejoramiento participativo de maíz en INTA Pergamino

El martes 31 de mayo se llevó a cabo el balance entre lxs participantes de la Jornada de mejoramiento participativo de maíz en INTA Pergamino con el fin de compartir nuestras miradas, aprendizajes y proyecciones a partir de la misma.  

Uno de los aspectos más valorados fue la posibilidad de habernos encontrado nuevamente de manera presencial para compartir estos procesos de aprendizaje 

Milton Vélez -productor de maíz-, emocionado por el encuentro, resaltó: “Hoy encontrarse físicamente con las personas es algo extraordinario y no ordinario; un encuentro virtual como el que tenemos ahora es algo ordinario, pero la potencia de encontrarse físicamente es otra cosa que ni siquiera tiene comparación, es algo muy superior. Yo celebro y promuevo el encuentro físico”.  

María Laura Bravo –extensionista de Bioleft– comentó su sorpresa para bien por el grado de participación obtenido, “es una etapa todavía de reencuentro me parece que todos estamos participando en este mix de virtualidad-presencialidad y creo que era un desafío importante”.  

Gustavo Schrauf –docente de Genética y miembro de Bioleft– celebró la modalidad y la dinámica de la reunión “creo que nos permitió conocernos y profundizar los vínculos; es un escalón importante en el camino que estamos transitando porque esas dos cosas son necesarias para la construcción”. 

La conversación se orientó alrededor de algunas preguntas disparadoras. Sobre los principales aprendizajes y conocimientos nuevos que se llevaron de la jornada, lxs participantes compartieron: 

“Siempre aclaro que no soy agrónomo así que para mí desde un principio que conozco a Bioleft siempre estoy aprendiendo” comentó el productor José Amuchástegui. “Para mí fue sumamente enriquecedor y también salgo admirando al INTA en su gran trabajo, entendiendo un poco más el tema de la posibilidad de generar semillas, variedades en este caso de maíz”, continuó. “Creo que todos aprendimos no solamente viendo trabajos muy originales de evaluación sino a partir de las discusiones que se generaron”, agregó Gustavo Schrauf.  

La próxima selección que voy a hacer el año que viene la voy a encarar con un montón de cosas nuevas que no hacía antes, las subestimaba en cuanto a su resultado, y ahora me parece que entendí varias cosas que no veía, o algunas cosas que parecen ultras simples pero que no me había dado cuenta, y en realidad yo trabajaba diez veces más de lo que puedo trabajar haciendo lo mismo”, compartió Claudio Demo, productor de maíz. “Para autofecundar una línea yo armaba tantas parcelas aisladas una de otra como líneas quisiera multiplicar, entonces una vez que separaba por distancia y época de siembra a lo sumo me entraban 3 ó 4 parcelas en todo mi campo. Con esto de cubrir con la bolsita, cortar la flor y fecundar, podes poner 100 líneas a la par y autofecundarlas todas y no hay problema. Esa es una cosa que yo tenía limitante”. 

Pablo Carletti –productor de maíz–, por su parte, se vio sorprendido e interesado por la diversidad de modelos productivos, de esquemas y de enfoques de la producción de maíz. “Uno aprende de los distintos enfoques que puede darle uno u otro que se adaptarán más a un modelo productivo o a un mercado que cada uno quiere hacer o desarrollar. Encontrar gente que está en investigación, que está trabajando en selección de líneas, en producción de productos orgánicos, la visión también del INTA; para mí fue enriquecedor desde el punto de vista de la amplitud de ideas que uno puede tener o tomar, y después cada uno elegirá el camino que más le guste o más le convenza”. 

Milton destacó los conocimientos adquiridos sobre el trabajo con líneas endocriadas y cómo la generación F5 permite ver realmente las características de cada una. “Esa arista de pensamiento o análisis me pareció interesante, no la encontré en ningún libro o si la encontré no la interpreté”. También destacó, al igual que María Paz dos Santos –extensionista de Bioleft –, los conocimientos sobre caracteres secundarios más heredables para la selección, por ejemplo, de mazorcas de mayor cantidad de hileras, de 14 ó 16, que es un rasgo que puede llegar uno a capturar en el siguiente ciclo biológico. 

Enrico Cresta –productor de maíz orgánico y miembro de Bioleft– a partir de lo aprendido en la jornada llegó a la conclusión de que las distintas estrategias de mejoramiento son complementarias, “no es que sea mejor la variedad o el híbrido, ya sea simple o doble”, y de que es importante seguir trabajando paralelamente en cada una. “El INTA tiene propuesta de un híbrido simple para suplantar los que tenemos que dependen del mercado, e inclusive con lo que el INTA nos enseñó y aprendimos en la reunión, los productores tenemos estrategias para hacer mejoramientos sobre nuestras variedades. Yo tengo una idea de que trabajar con la variedad me permite adaptarla mucho al sistema [orgánico, en su caso] y mantener mi propia semilla. Las estrategias que muestran en Pergamino que son de generar choque de sangre, entones se puede mezclar con un híbrido, cruzar con una línea pura, y eso es una estrategia yo creo que a futuro nos va a dar la posibilidad de mejorar la variedad y de mantenerla con la adaptación al sistema. Todo eso que estamos aprendiendo son herramientas que pueden funcionar y alimentar resultados tanto en rendimiento y estabilidad como en calidad para el futuro, por lo cual me parece que es enorme esto”. 

Otro de los aprendizajes que se reconocieron fue el de la estrategia de evaluación de genotipos en altas densidades de siembra para emular situaciones de estrés. “Me pareció una estrategia muy interesante. No me pareció tan complejo para realizar y sin embargo me pareció muy rico para la parte de evaluación”, comentó María Laura. 

Sobre la pregunta disparadora de los puntos que lxs participantes creen hay que mejorar, Milton propuso vincularnos con el otro eslabón de la agricultura que es la cocina, “porque cuando las producciones en baja escala se vinculan con la cocina es que está ese agregado de valor que hace que después tenga sustento”. Además, contó por qué su idea inicial de trabajar con variedades de polinización abierta únicamente por una razón económica ya no se justifica de la misma manera que antes: “Por un lado, cuando los cereales tienen buen valor la diferencia entre un hibrido y un rinde potencial de una variedad te paga tranquilamente la bolsa [del híbrido]. Pero también hay otra arista que es por ejemplo cuando yo hago la variedad, la siembro y la vendo en camión, no hay un valor agregado sino un ahorro en el costo de la semilla como productor, no estoy al lado del consumidor. Concluyó: “Para mí el futuro de las variedades va cerrando el círculo con el consumidor final, humano o animal indiferenciado, y no simplemente por una capacidad de ahorrarme el costo de la semilla. Las variedades no pueden competir con híbridos en rinde, por lo cual las variedades deben tener su valor agregado en el grano, en calidad proteica como comenta Claudio del Quarentín, o mayor lisina y triptófano como tienen los maíces Opaco 2, que tenga calidad de aceite, vitamina A, etc.”. 

En relación a esto, José agregó que, en su opinión, hay bastante desconocimiento en la Argentina sobre qué variedad sirve para cada cosa o qué uso le puede dar, ya que el consumo directo de maíz es bastante más bajo que el de trigo. “Entonces una línea de trabajo podría ser con cada variedad ir a la vez haciendo un aprendizaje de ver para qué se usa en otros mercados, ver qué usos se le puede dar en la cocina, y usando las pequeñas producciones que se van haciendo en el desarrollo de cada semilla que va haciendo cada productor”. 

Daniel Presello, mejorador de maíz de INTA Pergamino, rescató la importancia de la nutrición de los maíces especialmente para producción animal. “En el CIMMYT han logrado solucionar eso”, comentó, “le agregaron 4 ó 5 genes que forman los maíces QPM que además de tener la proteína de alto valor nutritivo tienen buena calidad comercial. Yo creo que para el perfil de productores que estamos pensando, que consumen el maíz tranqueras adentro, esa es una característica que tendríamos que pensar en introducir. Y el otro tema que produce una gran pérdida de rendimiento es el tema de insectos, que no tenemos protección Bt y tampoco intención de pulverizar, pero hay genes que están disponibles que también están siendo introducidos”. 

Como conclusiones del balance, la satisfacción por el trabajo realizado hasta el momento y la visión de seguir trabajando en conjunto fueron comunes a todxs. “Después conocer la cantidad de variedades que están realizando en INTA pergamino, y ver ese trabajo también da entusiasmo y ánimo a seguir trabajando en este camino que es el mejoramiento participativo” comentó la docente de Genética e integrante de Bioleft, Selva Cuppari. “Cuando estás acá sin poder ir al campo, sin poder tener el contacto con la gente que está haciendo esto se generan dudas, si venimos bien o mal. Y este tipo de encuentros o este en encuentro en particular a mí me generó eso, muchísimo entusiasmo, para seguir acá en este grupo avanzando y por qué no que se sigan sumando participantes, gente interesada”. 

“Yo me voy motivado para intentar en la próxima siembra alguna otra variedad de maíz y con ánimos de generar, de hacer mejoramiento de semillas”, agregó José. “Así que mi conclusión es que nos deja una puerta bastante interesante”. 

Luciana Galizia –mejoradora de maíz de INTA Pergamino– también compartió su contento con el resultado de la jornada y remarcó la importancia de la interacción y la continuidad del trabajo conjunto entre productorxs e investigadorxs. “No tenemos muchas oportunidades de que venga el productor al INTA a ver el programa de mejoramiento y demandar cosas, así que para mí está buenísimo. Y también que pareciera que va a continuar, creo que están las condiciones dadas para eso”. En la misma línea, Daniel dijo: “Quedé muy contento porque tenemos oportunidades de trabajar directamente con los agricultores. Hay intenciones de trabajar y creo que el INTA tiene que apoyar este tipo de iniciativas”. 

Por nuestra parte seguiremos potenciando procesos de aprendizaje y mejoramiento participativo. Agradecemos a todxs por el entusiasmo y el compromiso en cada actividad, y seguiremos en este camino trabajando por las semillas libres y biodiversas. Si querés ser parte, no dudes en acercarte.